
En casi todo el mundo, una de las más reconocidas propiedades del Aloe Vera es su tremenda capacidad regenerativa que ejerce sobre daños que se han producido en nuestra piel, especialmente como consecuencia de quemaduras (a dicha propiedad se le denomina: citofiláctica; es decir la regeneración de células). También es un potente cicatrizante de heridas superficiales. El jugo (llamado server) que nos proporciona esta planta es un poderoso bactericida y con una buena aplicación puede penetrar las tres capas de la piel (epidermis, dermis, hipodermis).
Para obtener dicha pulpa hay que lavar muy bien y luego trozar una hoja, longitudinalmente, retirando los bordes espinosos; enseguida se rebana como quien abre un pan, se vuelve a lavar y se aplica de manera directa en las quemaduras menores o lesiones simples de la piel por varios días. Recuerde que siempre es necesario ser evaluado por profesionales de la salud.
Cuando se trata de quemaduras causadas por el sol, una vez que se aplica aloe vera (y ya se ha absorbido) es necesario recubrir la piel con crema hidratante, esto porque el aloe es astringente y produce resecamiento.